Almohadas y colchones, ¿reyes del descanso?

¿Colchones? ¿Almohadas? muchas veces nos preguntáis respecto a ‘ellos’ que soportan nuestro peso, y el del acompañante (si lo hubiere) durante periodos más o menos largos y continuos, y respecto a ‘ellas’: estas pobres que aguantan el peso de nuestras preocupaciones (cabeza) durante también horas y horas…

Podemos deciros que hoy en día todos los colchones cumplen unos criterios de calidad bastante aceptables, otra cosa es que nos creamos que un colchón ‘es para toda la vida’. Conviene sustituirlos siguiendo los criterios del fabricante, y no pretendamos alargar demasiado esos plazos a costa de nuestras molestias.

De los colchones os contamos que en las edades de la infancia, juventud y adulta procede utilizar un colchón ‘fuerte’, ‘duro’ y que soporte el peso ‘de una manera digna’. En estas edades el colchón, debe de tener firmeza, para mantener el cuerpo de sus ocupantes, especialmente su columna vertebral de la manera más recta y fisiológica posible.

En las edades más avanzadas en cambio, los abuelos con unas curvas en la columna nada fisiológicas, con deformidades, estas personas no querrán un colchón ‘duro’ o ‘firme’, la persona mayor preferirá casi dormir en una ‘gomaespuma’, que es la que se va a adaptar a sus deformidades. Si a una persona mayor con estas características, le ponéis a dormir en un colchón ‘duro’, es como si le estáis tumbando en una cama de piedras, y él donde estaría a gustito, es en un colchón de agua que se adapta a las características del ocupante (‘be water my friend’).

Almohadas y colchones, ¿reyes del descanso?

Respecto a las almohadas: El principio que tenemos que tener en cuenta es que el raquis, la columna vertebral en su conjunto, debe de estar siempre, incluido el período de reposo, de la manera más recta posible. Una vez dicho esto, nos tenemos que fijar en la manera en la que descansamos cada uno de nosotros.

  • Si dormimos en posición de decúbito supino, boca arriba, no nos hará falta almohada, porque la columna cervical está bien alineada, recta. Y si nos gusta usar almohada, deberá ser bajita.
  • Si dormimos en posición de decúbito lateral, de lado, la almohada debe de ser del grosor del espacio que queda de la oreja al hombro: nos fijaremos de nuevo en el principio de tener el cuello lo más recto posible en relación con la espalda.
  • Si dormimos en posición de decúbito prono, boca abajo, con el cuello girado 90º, o eres de los que además tienes la costumbre de meter el brazo debajo de la cabeza, o debajo de la almohada, u otras cosas más extrañas aún: francamente te aconsejo que cambies de posición para dormir… piensa en la postura que adoptas para dormir, e imagínate así, de pie… ¿has visto a alguien así andando por la calle? ¿serías capaz de mantener esa postura estando de pie? ¡¡Imposible!! ¿¿Como no te vas a levantar por la mañana con dolor de cuello??

Respecto a la dureza de los materiales: sencillamente, con el que estéis más cómodos, los que prefiráis: pueden ser más duras, o más blandas, con la que mejor os encontréis, lo importante es seguir ‘El Principio’ de mantener la columna vertebral en su conjunto de la manera más fisiológica posible.

No penséis que en este tipo de casos una almohada cara, es sinónimo de dormir bien, muchas veces los modelos ‘viscoelásticas’ y otras fórmulas ‘novedosas’ o ‘milagrosas’ en verdad caras, no es sinónimo de buen descansar en absoluto.

Esperamos que esta información os ayude.

PD- A modo de curiosidad, os diremos que para la Medicina Tradicional China, cuando hay problemas de insomnio, opinan que es porque tenemos la cabeza caliente (preocupaciones), y afirma que hay que sacar ese calor de la cabeza, para lo cual colocan cerámica dentro de la almohada, porque es capaz de sacar ese calor que tenemos en el interior de nuestra cabeza. No vale un ‘ladrillo’ actual, pero sí una teja (o un trozo) de las antiguas de los pueblos.- Por si os apetece probar… Parece ser que en los hoteles japoneses las almohadas pesan mucho, y es debido a esta razón.

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